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Mikel Merino, el timón invisible.

La Real Sociedad es, sin duda, una de las sorpresas más gratas de la temporada. Imanol Alguacil ha conseguido sacar auténtico oro de una plantilla muy bien dotada pero de la que quizás no se esperaba un rendimiento inmediato tan alto. Cabe recordar que Imanol coge al equipo cuando la temporada pasada estaba ya por la mitad y no consiguen entrar ni en puestos de Europa League.

Pues bien, la temporada 19/20 es cierto que pintaba mejor que la anterior, puesto que el equipo se había reforzado bien y no había tenido bajas de suma importancia. Precisamente por eso quizás no se esperaba un rendimiento tan inmediato, ya que como todos sabemos, cuando un equipo tiene un entrenador prácticamente nuevo y un once tipo basado en jugadores recientemente incorporados, es necesario cierto tiempo de adaptación. Sin embargo, Imanol ha logrado que este equipo funcionase a las mil maravillas. Como decimos, el once que finalmente se ha consolidado en los planes del entrenador es un once parcialmente nuevo: Remiro; Monreal, Llorente, Le Normand/Elustondo, Zaldúa; Zubeldia, Mikel Merino, Odegaard; Oyarzabal, Portu, Isak.



Con esta alineación era de esperar que el equipo girara alrededor de Odegaard, Oyarzabal y Portu, a expensas de lo que hiciera también Isak, que empezaba la temporada como suplente de Willian José pero que acabaría haciéndose con el puesto de 9. La temporada empezaba con mucha ilusión para los txuri-urdin pero esta sensación se desplomaba un poco con la lesión de Illarramendi, que estaba llamado a ser el timón del equipo, en la jornada 3 frente al Athletic. Sin embargo, tras una actuación pasada desapercibida en la 18/19, Mikel Merino decidía coger las riendas del equipo.


En este momento, el de Pamplona se convertía en esa brújula que el equipo necesitaba. Un auténtico timón que dirigía al equipo y lo sostenía tanto como quisiera. Es el principal encargado de la salida de balón del equipo y, en consecuencia, el máximo responsable de facilitar el juego de los atacantes. Definitivamente, es el jugador clave para que el equipo pueda defender en condiciones y también para que el juego ofensivo pueda fluír lo mejor posible.




Es fácil destacar la temporada de Odegaard, Oyarzabal o Isak, por ejemplo, pero… ¿habrían rendido ellos a ese nivel sin la ayuda de Mikel Merino? Y lo que es más importante: ¿estaría la Real donde está esta temporada sin la aportación de Mikel Merino?

Es cierto que estos jugadores son los encargados de las filigranas, de los goles, de los destellos… puesto que tienen menos responsabilidad defensiva, pero no por ello Mikel Merino está carente de ellos. Merino es el jugador más completo de la Real Sociedad actualmente, pues es vital en el trabajo defensivo, tácticamente es sobresaliente, es el encargado de sacar el balón jugado desde la parte defensiva, es muy fuerte en el juego aéreo, está sobrado de técnica y habilidad con el balón en los pies, etc. Mikel no es un jugador ni mucho menos defensivo tal y como se le tacha muchas veces, sino que está más que capacitado para controlar el juego del equipo a la hora de mover el balón y avanzar hasta el área rival.


El hecho de contar con jugadores por delante de él con mucha habilidad y capacidad para crear ocasiones y mover el balón hace que Merino no tenga tanta responsabilidad en el juego ofensivo y trabaje más en dar equilibrio y contención al equipo. También el hecho de estar rodeado de varios cracks es lo que le hace trabajar un poco más en la sombra y tener menos repercusión de la que merece. Es por ello por lo que en la faceta ofensiva no lo destacamos tanto, aunque sí es cierto que gracias a tener al lado a un pivote defensivo como Zubeldia ha permitido que sí podamos ver en parte esas aptitudes de Mikel. Cabe destacar que Imanol ha conseguido darle la posición perfecta para él: una posición en la que no tiene toda la responsabilidad defensiva y goza de cierta libertad en el aspecto ofensivo. Sin embargo, si nos vamos a su época en el Osasuna podemos ver todavía más a ese Mikel Merino que le gustaba mucho probar algún destello y esos detalles técnicos durante sus partidos, así como también sorprender de vez en cuando por banda y en el área rival.



Es muy típico que cuando nos preguntan qué jugador es el más importante de un equipo solemos decir el más goleador, el delantero o el extremo veloz, sin embargo, si a mí me preguntan quien ha sido la pieza clave de este Real Sociedad diría Mikel Merino. Para que un equipo tenga éxito es imprescindible tener en el campo a un jugador que te dirija el cotarro en todas las facetas del juego tal y como lo hace Mikel Merino, por ello es uno de los grandes responsables y culpables de la gran temporada de su equipo. Prueba de esta culpabilidad son los partidos que se saca de la manga en el Camp Nou o en el Bernabeu, dejando en evidencia a jugadores como Busquets o Kroos. No estamos aquí para decir evidencias respecto a Odegaard por ejemplo, un jugador totalmente sobrado de capacidad para ser la estrella de un equipo como la Real, pero estoy seguro de que Odegaard no habría rendido lo mismo si no tuviese detrás a un Mikel Merino que se entendiera con el noruego a la perfección, que conectaran tan bien con el balón en los pies y, sobre todo, que le diera la seguridad de tenerlo respaldándole en el terreno de juego.



Desde mi punto de vista, Mikel Merino es, hoy por hoy, el posible gran recambio de un Sergio Busquets que cada año le va costando más. Son dos jugadores de características muy parecidas, uno ya muy hecho y otro todavía formándose, pero incluso teniendo Mikel Merino más llegada al área y más fuerza defensiva. Está claro que a Mikel le queda un gran trabajo por delante para conseguir estabilizarse como lo ha hecho Busquets en el fútbol español, y no sé si en el FC Barcelona o en dónde, pero no dudo de que el centrocampista de la Real Sociedad no tardará en dar el salto a un equipo con mayores aspiraciones y que, sin duda, será un pilar importante en la Selección Española.


Con todo esto, el ex del Osasuna, Dortmund o Newcastle sigue sin tener el reconocimiento que se merece y que se ha ganado (su valor en el mercado es de tan solo 24 millones), ya que es actualmente uno de los mediocentros más completos y que no me extrañaría que, más pronto que tarde, los grandes de Europa se estén peleando por él.

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